Juju

  1. Tengo una nueva gatita. La manera en que llegó, fue como todos los gatos llegan: cuando es debido. Bastó un mail donde contaban su breve historia… muy emocionante, por cierto: gatita panteonera, cuidadora de tumbas. Un hombre se metió a atacar gatos al panteón y a ella le tocó un golpe que le dejó la patita muy lastimada. La rescataron, la cuidaron y su carrera como shinigami terminó, para ahora ser una gatita de casa: croqueta fancy, platitos de porcelana, todo en compañía de una gatita calicó y una humana que vive confundida todo el tiempo.
  2. Después de Pirata, me atormentaba un sentimiento de culpa intenso, especialmente producido por lo que pensaría el mundo de mí, al volver a tener una nueva mascota. ¿Me estaba moviendo muy rápido? ¿Y mi duelo? ¿Estoy pasando la página? Ya sabes, todas esas preguntas que nacen cuando piensas que hay miles de ojos viéndote. El eterno Leviatán.
  3. (Lo cierto es que quizás a nadie le importa, porque todos tienen sus propios problemas y sus propios ojos viéndoles).
  4. Por supuesto que fue tema de terapia. Hay todavía una parte de mí (que se origina en el miedo, quizás) que a veces se pregunta si este tema, el de adoptar una gatita, son dignos de hablar en una sesión; y este es el mismo tren de pensamiento cuando decimos “hay problemas más importantes en el mundo, como para pensar en x o y“. Pero los caminos del duelo son tan extensos como cualquier carretera en el mundo.
  5. Desde que tuve mi primera sesión, la palabra duelo ha sido una constante que ha tenido un abanico de posibilidades infinito: el duelo de dejar la casa de mis padres, de mudarme, de cambiar de trabajo, de cortar con una pareja, de decir adiós (incluso si era necesario). El duelo por perder una amistad, el duelo de la muerte de alguien, de alguna mascota. Lo entiendo, lo entiendo todo; pero es como si durante toda mi vida me hubieran dicho “es una pena, pero hay cosas más importantes“. Las hay, sí. Pero yo también importo en esta vida. Y mis cosas pesan. ¿Y qué es el pasar de los días, sino un constante pesar? Constantes duelos que se deben sobrellevar.
  6. En fin, que en conversaciones con mi terapeuta, no dejaba de darle vueltas a esta idea: ¿estoy sustituyendo a mi otro gato? ¿Estoy pasando a lo siguiente muy rápido? Únicamente me bastó ver una foto de la nueva gatita para saber que era para mí. Así también fue con Pirata, así fue con Sorata. Pero ahora era diferente. ¿Por qué esta angustia? Mi terapeuta me hizo la anotación de que mi manera de pensar era algo totalmente natural en el proceso de duelo. Me dijo “de hecho, te sorprendería que esto que me dices, lo piensan muchas madres cuando van a tener un bebé, después de haber perdido uno“. No me atrevo a cuestionarla ya que ella es la experta, pero le dije “bueno, no es para tanto en verdad”. Y ella regresa: “así es el duelo. Es el dolor y cómo lo manejas. No es poner lo que adoleces en una balanza, y pasar por estos procesos no es un concurso para ver quién la tiene más difícil. Cada dolor importa igual para quien lo siente“.
  7. Sustituir el amor. En este duelo aprendí lo horrible que es pensar esto. ¿Se sustituye la hermosa experiencia de haber amado a un gato, por adoptar otro? ¿Se hace menos el perder a una persona, por volver a hacer cosas que te hacen feliz? ¿Te eliminan de una memoria, cuando tu pareja tiene a alguien nuevo en su vida? A estas alturas, pensar que sustituimos a cosas o personas es algo tan utilitario, tan materialista, que no puedo evitar pensar que es parte de un pensamiento capitalista, sumamente salvaje. Pensar que somos desechables, sustituibles, valuados de maneras crueles.
  8. La nueva gatita se llama Juju. Y en este intento por descifrar tantas emociones, puedo decir que este amor por ella es diferente. Pero voy a aumentar la complejidad de todo este asunto, al decir que es un amor diferente al que sentía por Pirata y también es diferente al que siento por Sorata. Y me voy a ir más alto: he amado a todas mis parejas, de maneras diferentes. Amo a mi familia, cada uno de una manera distinta (amar a una madre, un padre, un hermano, una tía). Amo a cada amistad de maneras distintas. El amor no es lineal, no es igual. La idea de que tenemos millones de maneras de amar, de demostrarlo, me hace pensar lo poderoso que puede ser el corazón humano. Es de esas cosas para las que quizá no tengo las palabras perfectas para explicarlo (también es una idea a la que acabo de llegar), pero que extrañamente me da consuelo.
  9. Esta es una de esas luchas que quiero ganarle al capitalismo: el amor no se sustituye, no se desecha, no tiene cifra.
  10. A Pirata le hubiera caído bien la nueva gatita.
  11. No te cambio, no te sustituyo. Solo es una nueva forma de amar.
  12. Juju, Sorata, Elsa. Las tres muchacha de la casa.

Leave a comment