Breves Reflexiones V

  1. Estos días ha habido algunos flashes al pasado, especialmente por una plática en París; recordar los blogs, noviazgos toxiquísimos, escribir como si mi vida dependiera de ello. Y quizás era así; nada me desahogaba más que abrir el desk de blogspot y escribir, escribir, escribir. Una verborrea juvenil e ingenua, el día a día, dejando pistas de dolor entre las palabras, imposibles para los demás, pero clarísimas para mí. Pero ese pasado ya no duele, ya no se siente punzante. Al contrario: me causa curiosidad, fascinación. Me deja claro que he vivido bastante. La mayor prueba es que lo recuerdo en una plática en París. Cuánto he cambiado.
  2. Otra plática en París, con otra persona a la que admiro mucho. Me pregunta si tengo pareja y respondo “creo que ahora me emociona conocer gente”. Reflexiono mi respuesta en el avión de regreso a México: Me emociona la idea de conocer, pero no la de memorizar. Y eso está bien.
  3. Surge una nueva idea en Berlín, mientras como mi desayuno y un mesero se ríe de la ternura cuando le pregunto cómo se dice “en efectivo” en alemán y me responde “es tan complicado”. Nos reímos. Se levanta, me da unos golpecitos en la espalda y me dice “Have a wonderful Day”. Wonderful, indeed.
  4. Escribir, para recordar. Leo en algún lado: “El cerebro es para tener ideas, no almacenarlas”. He confiado demasiado en mi memoria y algunas ideas que quiero hacer realidad se tornan difusas ahora. Intento el ejercicio de tomar notas de todo. A ver qué pasa.
  5. En algún momento, escribir lo que fue Berlín, lo que fue París. Pero en un breve, brevísimo resumen: me gusta estar viva. No, más bien: me gusta vivir, con sus consecuencias, con sus haces de luces. Sin lo que tanto anhelaba, sin aquello que me roba de mí.