Todos tenemos un libro, una serie o una película que nos ha acompañado la mayor parte de nuestra vida. Creo. Y al menos en mi caso, ha sido Neon Genesis Evangelion.

Aproximadamente a los 12 años –siendo yo una esponjita de series, películas y libros– fueron mis primeros inicios con el animé, y mi obsesión con Evangelion fue ENORME, monumental. Y si bien no entendía al 100% toda la historia (21 años después seguimos igual), me maravillaron la narrativa, los personajes y el contraste de ambientes entre una tecnología de punta y constantes crisis humanas existenciales en pleno apogeo. Casual.
Un recuerdo: en el tianguis de los jueves que estaba por mi casa cuando vivía en Iztapalapa, siempre estaba un buen hombre que en mi vida fungió como un dealer de manga y animé, quien logró conseguirme todos los episodios, las películas, tarjetas coleccionables y muñecos de Evangelion, que ahora seguro están guardados en casa de mis papás. Un día hablaré más de todos los tesoros que conseguí con él, pero de verdad no puedo esperar a visitar a mis papás y abrir ese baúl de recuerdos.
En fin, que esta es la historia de una historia que ha estado conmigo desde los 12 años. Y aunque la veo religiosamente una vez al año, siempre encuentro cosas nuevas, cambio de opinión sobre otras y de vez en cuando me lleva a nuevos sentimientos que son una mezcla de melancolía y vacío, que no está mal sentir y pensar en ellos, especialmente cuando te vistes de sonrisa casi diario.
Ahora a mis 33 años me he hecho de la nueva afición de comprar mangas y como amante de la lectura y los libros, no puedo explicar lo enriquecedor que ha sido conocer en papel algunas historias que me enamoraron en sus versiones animadas. Y fue hasta ahora que por fin pude conseguir los 14 tomos de Evangelion, y saldar OTRA deuda con la joven Elsa que jamás pudo cumplir la titánica tarea de conseguirlos, especialmente porque en esos días sólo estaban los importados, carísimos y yo sin un peso (¡iba en la primaria! Denme chance).
Pero ahora trabajo, gano dinero, me compro cosas y los libros me hacen feliz.
Ilustrado por el genial Yoshiyuki Sadamoto, en el manga descubro todavía MÁS cosas de la historia. ¡MÁS! Y de hecho, mi corazón fatalista se regodea, porque el autor se atreve a ir a emociones más crueles y profundas, acentuando la esencia de lo que conocimos en el animé: el fin del mundo no tiene misericordia alguna, pero está bien. Solo así te puedes descubrir.
(A partir de aquí, algunos spoilers).
En el manga se explica lo fundamental que resulta que un EVA tenga un alma humana. Nos explican más de Yui Ikari y su fusión con el EVA. En el manga, Touji muere a manos de Shinji. No lo deja con rastro de vida, sino que lo mata. Además, esto sucede cuando el EVA está en piloto automático, que se traduce en que Gendo obliga a madre e hijo a matar a un chico. Conocemos a profundidad personajes como Kaji y Misato, eligiendo cómo morir; entender la verdad es lo único que le da sentido a sus vidas. Se da por obvio que salvar el mundo ya ni era una opción.
Ahora con más edad y un poco más de sabiduría, tanto en los libros como en el animé ya no me cuadran los chistes de la sensibilidad de Shinji. Son graciosos los memes, son graciosos los videos, pero ahora (no sé mañana, no sé en unos años), comprendo Neon Genesis Evangelion como la historia de una persona que se destruye para volver a edificarse. Y así se siente cuando decides tomar la rienda de las cosas, ¿no? Se siente como el fin del mundo, para luego tener un lienzo blanco. “Vestigios” es la palabra con la que se refieren a las huellas de un apocalipsis del que nadie se acuerda en el último tomo del manga, pero que todos estuvieron ahí. Vestigios del dolor, los errores.
(Recuerdo esta línea de ‘Fight Club’ de Chuck Palahniuk: ‘At the time, my life just seemed too complete, and maybe we have to break everything to make something better out of ourselves‘)
En fin, que me he extendido mucho. Escribir todo lo que me ha enseñado este animé me llevaría más tiempo, y yo solo quería contestar una pregunta que inicié en Instagram, con las recomendaciones de libros que tanto me gusta hacer: ¿vale la pena leer todos los manga de Neon Genesis Evangelion? Sí. Mil veces sí. De hecho, cuando compré todos los libros, pensé que serían un buen complemento del animé, pero van más allá: son dos cosas distintas, pero con un mismo corazón. Ambas sorprenden de distintas maneras, enamoran de distintas maneras y afectan de distintas maneras. Tienen sus elementos confusos, tienen sus misterios y enigmas que Hideaki Anno y Yoshiyuki Sadamoto dejan para los fans obsesionados con descubrir cosas (¿yo ahí?). Pero al final, aun con sus punzantes pero sutiles diferencias, los libros, la series y las películas tienen el corazón de una de las mejores historias que me he topado desde mi adolescencia, y que ojalá me acompañe hasta el momento en que pueda decir por fin “ya entendí todo”.
Ojalá la gente se diera la oportunidad de descubrir estos mundos.
Ps. Con tanto amor al animé, soy coanfitriona en un podcast llamados Sugoi Cast! 🙂 Todavía no hablamos de NGE, pero pronto. Mientras, si quieren clavarse en series y manga, ¡los invito a escucharlo!